La despedida

Como todo en la vida este blog llega a su final.

Me gustaría despediros expresando aquello que experimenté durante el viaje de aprendizaje al crear este blog. No sé si esta entrada será breve o, por el contrario extensa, pues estoy escribiendo desde mis entrañas. Pero, si sé que escribiré poniendo nombre a estas sensaciones, intentando encontrar la palabra idónea para cada emoción. 

Tecleando ahora desde la terraza de mi casa -agradeciendo la subida de grados, que me pone muy feliz-, recuerdo que, parecía ayer cuando mi profesora Rosa nos propuso la idea de crear nuestro propio blog, en el que pudiéramos exprimir toda nuestra creatividad e imaginación a la vez que compartir conocimiento y valores relacionándolo con nuestro grado, Educación Social. Y desde entonces hasta ahora, han transcurrido más de tres meses.

He de decir que esa idea me asustó, que no todo fue bueno e idílico, pero como en todo aprendizaje se cometen errores, y con ello me encontré agobios, sentí que mi tiempo era inexistente, dejé la organización para otro día... Un sin fin de fallos que combinados con otros factores me llevaron a un estado de alerta o ansiedad, que todos sentiremos a lo largo de este viaje llamado vida de universitaria/o...

Con ello, he aprendido a superarme a mi misma y poder exprimir gran parte de mi potencial que ha podido estar estancado, en desuso. He conseguido metas a corto plazo, que son las más importantes, pues te hacen sentir que puedes con lo que te propongas. Este blog carga un trasfondo, detrás de cada entrada se encuentran diferentes situaciones personales, pero a pesar de ello, supe cumplir con todas mis publicaciones en fecha. 

Me he sentido cómoda al igual que frustrada al reflexionar sobre injusticias sociales como el desamparo infantil, trastornos como los TCA, situaciones desgarradoras como feminicidios o trata de personas...Asimismo, no pierdo la visión de un futuro más sano en todas las sociedades. 

Este blog también me ha nutrido de otros pensamientos, de los de mis compañeros de clase. Aspecto importante y muy enriquecedor a la hora de trabajar. 

Después de todo, puede que esto no sea un adiós definitivo sino temporal, puede que siga compartiendo mis pensamientos acerca del mundo con un ritmo más llevadero, dejando a un lado ciertas presiones. Como todo, pues el tiempo lo dirá. 

Como supuesta despedida, me gustaría compartiros un poema, a modo de respuesta a Zarathustra de Nietzsche, escrito por mi fuente de inspiración, mi hermana.

Pero tú, Zarathustra, has querido ver el fondo y el trasfondo de todas las cosas: por ello tienes que subir por encima de ti mismo, arriba, cada vez más alto, hasta que puedas ver a tus pies las estrellas.
¡Sí, bajar la vista hacia mí mismo, e incluso hacia las estrellas!
¡Esa sí sería mi cumbre, eso es lo que me queda como última cumbre!

Así habló Zarathustra, Nietzsche.

¿Y si no hay última cumbre?
¡Esa es la clave, que no haya una última!
Crecer, subir, evolucionar.
No dejar de superarse uno a sí mismo es el regalo que nos debemos dar, el secreto del superhombre.
Ni pies, ni laderas, ni últimas cumbres.
Llegará más alto el que de en cumbre en cumbre va y no se compara ni con los de abajo ni con los que arriban están. 
¡Ese es el que gana a la vida! ¡El que crece! Quien solo sus pasos no quiere dejar de superar, y el mismo que con orgullo mira cuando echa su vista atrás. 

Así respondió: Rodríguez Ortega, Clara. 

Fuente: creación propia.







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